La preparación adecuada para un examen o procedimiento reduce la ansiedad del niño acerca de la situación, estimula la cooperación y ayuda a desarrollar habilidades para enfrentarlo.

Información

La preparación puede ser efectiva para reducir la angustia en los niños que se someten a exámenes médicos y puede minimizar el llanto y la resistencia al procedimiento. Las investigaciones han encontrado que la disminución de la ansiedad en realidad puede reducir la sensación de dolor que las personas sienten durante los procedimientos incómodos.

Antes del examen, es preciso entender que el niño probablemente llorará y que la preparación no cambia el hecho de que el niño sienta algún malestar o dolor. Se puede tratar de demostrar lo que ocurrirá durante el examen con anticipación para conocer los miedos y preocupaciones particulares del niño. El uso de una muñeca u otro objeto para representar el procedimiento puede ayudar a revelar las preocupaciones que el niño tal vez no quiera discutir directamente.

Lo anterior puede ayudar a disminuir la ansiedad del niño, debido a que la mayoría de las personas presenta más temor ante lo desconocido que el que se manifiesta cuando se sabe exactamente qué esperar. Si los temores del niño son irreales, se le puede explicar lo que realmente sucederá; si está preocupado acerca de una parte inevitable del examen, no se deben minimizar sus preocupaciones sino confirmarle que la persona que lo lleve estará con él tanto como sea posible.

Es recomendable asegurarse de que el niño entienda que el procedimiento no es un castigo.

La manera más importante de ayudar al niño es por medio de este tipo de preparación y brindándole apoyo durante todo el tiempo del procedimiento.

Preparación antes del procedimiento

Las explicaciones sobre el procedimiento deben limitarse a 10 a 15 minutos, pues los niños pequeños tienen un período de atención limitado. La preparación debe realizarse justo antes del examen o procedimiento para que el niño no se preocupe con días o semanas de anticipación.

A continuación se encuentran algunas pautas generales para preparar a un niño para un examen o procedimiento:

•Explicar el procedimiento en un lenguaje que el niño entienda, usando términos concretos y evitando cualquier terminología abstracta.

•Asegurarse de que el niño entienda cuál es la parte exacta de su cuerpo que está involucrada y que el procedimiento se va a limitar a esa área.

•Describir lo que se siente durante el examen lo mejor posible.

•Ser honesto con el niño acerca de la molestia que se puede sentir.

•Si el procedimiento afecta una parte del cuerpo que cumple una función notoria (como el habla, la audición o la micción), se deben explicar los cambios que se van a presentar después.

•Se le debe permitir al niño gritar, llorar o de cualquier modo expresar su dolor en forma verbal.

•Preguntarle al niño si no ha entendido algo que el adulto ha explicado.

•Permitir al niño practicar diferentes posiciones o movimientos que son necesarios para ese examen o procedimiento en particular, como la posición fetal para una punción lumbar.

•Hacer énfasis sobre los beneficios del procedimiento y todo lo que puede darle placer al niño, una vez terminado el procedimiento, como sentirse mejor o ir a casa. Se puede ofrecer al niño un helado u otra invitación después, pero no condicionar esto a "sentirse bien" durante el examen.

•Practicar la respiración profunda y otras actividades confortantes. Si es posible, se debe permitir que el niño tome de la mano al acompañante y pedirle que la apriete cuando sienta dolor.


Durante el procedimiento

La presencia del adulto, si es posible, ayuda al niño durante el procedimiento, sobre todo si el examen permite que el niño mantenga un contacto físico. Si el procedimiento se realiza en el hospital o en el consultorio del médico, lo más probable es que el adulto tenga la oportunidad de estar presente. Si al adulto no se le ha preguntado si desea acompañar al niño y quisiera hacerlo, le debe preguntar al médico si esto es posible. Si el adulto cree que puede descomponerse o ponerse ansioso, debe optar por quedarse a cierta distancia, pero siempre dentro del campo visual del niño. Si no es posible que el adulto esté presente, dejar un objeto familiar acompañando al niño puede ayudarlo a sentirse mejor.

El adulto debe evitar mostrar la ansiedad, ya que esto sólo hará que el niño se sienta más perturbado.

Otras consideraciones:

•Pedir al médico que limite el número de personas extrañas que entren y salgan de la habitación durante el procedimiento, pues su presencia puede aumentar la ansiedad.

•Pedir que el médico que ha compartido más tiempo con el niño esté presente durante el procedimiento.

•Solicitar el uso de anestesia, cuando sea adecuado, para reducir el nivel de molestia que el niño pueda sentir.

•Pedir que los procedimientos dolorosos no se realicen en la cama del hospital para que el niño no asocie el dolor con el cuarto del hospital.

•Si la persona está dentro del campo visual del niño, puede imitar el comportamiento que se necesita que el niño haga, como abrir la boca.

3 a 6 años

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